Monday, February 11, 2008

¡Qué Bello Es Vivir!


- La proyección de la bondad como piedra de toque; la conciencia convertida en muro que paraliza los sueños y nos devuelve a la tierra. Todo eso es “¡Qué bello es vivir!”, película de Frank Capra (“Arsénico por compasión”) y protagonizada por James Stewart. Pero es mucho más. También el reflejo de la esperanza, la generosidad entendida como forma de vida. Porque George Bailey (personaje que interpreta de manera soberbia James Stewart) aparece como un ser querible, un ciudadano digno e inteligente, admirado por todos, con el sueño de salir de la aburrida localidad que lo ha visto nacer, y ver mundo. Es sensata la opción de no convertir a Bailey en una parodia, sino dotarlo de evidentes y profundas virtudes que consigan identificar al espectador con la “injusticia” que supone que el hombre más brillante del pueblo no cumpla con su vocación. Ese respeto que le tenemos a Bailey, sirve para convertir la película en un canto a su forma de responder ante la adversidad, su radical compromiso con sus vecinos. La película es un monólogo a varias voces. Todos los personajes actúan dando réplica a Stewart. Destaca la maravillosa Donna Reed, en el papel de enamorada esposa de Bailey; en un papel profundo de quien en un principio parece caminar sobre una cuerda floja: no es capaz de “atar” a un Bailey ambicioso y soñador pero quien, al final, logra despertar en él el amor y el compromiso. Todo en la película fluye desde la amargura por la sospecha de que Bailey no vive la vida que ha elegido, sino la que le ha tocado y la sensación de que semejante situación es llevada con un poso de tristeza y resignación. La situación límite que vive el protagonista funciona como justificación para contarnos la historia. Cabría preguntarse si no hay, al final, demasiado metraje que deja la aparición del ángel bonachón y excéntrico, en una curiosa anécdota. Henry Travers interpreta a Clarence, un “Ángel de Segunda Categoría”, buscando el respeto de sus superiores, ayudando al desesperado Bailey. Quizás se echa de menos un poco más de tiempo y de conversación entre los dos. Posiblemente, la película se corta de manera demasiado brusca. No obstante, la escena final (una de las escenas míticas de la historia del cine), con un Stewart agasajado por sus conciudadanos, responde perfectamente al espíritu del filme: la respuesta a la oración de todo un pueblo, la bondad comprendida como fuente de vida, a pesar de los males. Bailey al final es el hombre rico, en una moraleja, quizás exagerada, pero siempre emocionante. Por lo demás, el carácter navideño del filme (un poco, a lo “Canción de navidad”) le ha dejado fama de película ñoña. Sin embargo, cuenta con un guión estupendo, plagado de veladas alusiones picantes y de gran sentido del humor. Una película limpia, sin dramatizaciones fuera de lugar. Una recomendación, sin ambigüedades, para los que gusten de emocionarse viendo cine del bueno.

4 Comments:

At 12:09 PM, Blogger Unknown said...

Sí que es ñoñilla. Yo me quedo con "Arsénico por compasión", comenzando por el título (aunque son incomparables, lo sé).
A ver si no abandonas este blog, que mola. Y molaría que hicieras crítica de cualquier cosa, que sabemos que también vas al cine (no sólo a la filmoteca) ;P <--- guiño de complicidad.

 
At 12:11 PM, Blogger Unknown said...

por cierto, tienes los comments sólo para no-anónimos, yo de tí lo quitaba. El que avisa no es traidor.

 
At 1:10 PM, Blogger Pablo Sánchez said...

- Ya está. Y sí, proximamente habrá películas actuales. A mí también me mola Arsénico.

 
At 11:03 AM, Blogger momo said...

Es una maravilla de pelicula,sabes que lo que dijo su autor , que no estaba hecha para criticos aburridos ni intelectuales pedantes, sino para gente sencilla.
Besinos, oye no habia visto esta apartado tuyo de cine.

 

Post a Comment

<< Home