Friday, February 15, 2008

No Es País Para Viejos


- Lamentablemente esta película quedará en el recuerdo (al menos en España) como la del oscar a Javier Bardem. Y digo lamentablemente porque “No es país para viejos”, condensa calidad cinematográfica suficiente como para trascender la (por otra parte importante) interpretación del actor español. El filme de los hermanos Cohen, basado en una novela de Cormac McCarthy, basa su impacto en la tensión que construye desde el inicio; una tensión no planteada sobre el mero hecho violento, sino sobre las consecuencias que éste tiene en un determinado personaje: el sheriff sobriamente encarnado por el siempre profesional (y algo más) Tommy Lee Jones. Así, el título de la película se adecua perfectamente a su sentido. La trama (llamémosla evidente, tópica) de una persecución que un sicario lleva a cabo, plagando la pantalla de cadáveres, pasa a un plano superior cuando toda esa violencia inmoral, fría y sin escrúpulos proyecta su reflejo contra la figura de un hombre de la ley, a punto de jubilarse, quizás demasiado viejo, demasiado cansado como para comprender. El pasado del sheriff, la muerte de su tío (cabe reseñar la emocionantísima conversación de Tommy Lee Jones con Barry Corbin, casi al final de la película) chocan con una nueva época, acaso más dura, cuando ya las viejas historias no se entienden. Al final, el recuerdo, las inseguridades del sheriff retirado, fracasado en su último caso, afloran en un sueño: recuperar la guía de un padre muerto, que ya no puede comunicarse, ni responder a un viejo código que se ha marchitado por la acción de esos hombres nuevos. Y la película acaba sin una explicación, aceptando el espectador el mismo miedo de Tommy Lee Jones. Ahí el gran triunfo: las letras de los créditos golpean la sensibilidad del público que espera una justicia que no llega.

2 Comments:

At 7:46 AM, Blogger B. said...

Estaba pensando en cómo diablos van a terminar esta película, sin prestar mucha atención al monólogo final de Tommy Lee Jones, cuando la cinta acabó.

Luego pensé que quizás ese fuese el objetivo: incorporar al guión lo que a cada espectador se le estaba pasando en ese momento por la cabeza, ignorando las palabras del sheriff, pero queriendo decir lo mismo.

La última escena funciona entonces como un cebo poco apetitoso que muerdes sin darte cuenta. De ese modo, cuando la película acaba y encienden las luces, tú ya estás dentro, atrapado en el filme.

Y no seas injusto con Bardem!!!

Dime, cara o cruz?

 
At 11:35 AM, Blogger Pablo Sánchez said...

- En absoluto. Bardem está (como siempre) muy bien. En cuanto al desenlace del filme...no sé. A veces pienso que hay un corte casi al final en el que un tipo de película es substituído por otro. Quizás ésa era la intención de los Coen. Pero dudo de que sea oportuno. De todas formas, la idea general es muy buena.

 

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